FASE VISUAL EN VINOS TINTOS
Ya os había comentado en otra ocasión que sólo hay tres colores básicos: azul, amarillo y rojo. El resto de colores son mezclas de los tres.
Tratándose de colores en vinos tintos, tenemos en cuenta que trabajamos sobre la gama de los rojos, que se combinan con los azules para dar los tonos violáceos y los amarillos, dando tonos anaranjados.
Los matices varían con la edad siendo más frecuentes los violáceos en vinos jóvenes y los anaranjados/teja en los envejecidos. Hablo siempre de vinos sin defectos.
Así cuando tenemos un vino en la copa lo primero que tenemos que hacer es inclinar el recipiente sobre un fondo blanco y mirar la masa de líquido del bordecito. Es ahí donde se pueden apreciar los colores, por que si no sólo será un bloque negruzco.
Ahora vamos a comparar ese color con algo conocido. Ese rojo ¿a que nos recuerda? ¿Es un rojo muy vivo y brillante y nos recuerda a un rubí? ¿Es un color más oscuro como las cerezas picotas? ¿O es algo más intermedio que recuerda a la cereza normal y corriente?
Ya tenemos el color principal, pero tiene matices o ribetes, que pueden ser violetas por ejemplo, si es joven o amarillento en vinos envejecidos.
Luego hay que describir otras cosas más fáciles como:
1- ¿Es un vino limpio? Es decir, al mirar al tras luz ¿hay algo que enturbie el vino?
2- Si pones un papel escrito debajo de la copa, ¿eres capaz de leer lo que pone? Eso es lo que se llama “capa”. Será alta si no se puede ver y baja si se puede leer con cierta facilidad.
3- Lo que más le llama la atención a la gente: la lágrima. ¿Qué es eso? Pues una mezcla de alcohol y glicerina producida en la fermentación (la adición de un bote es ilegal). Esa mezcla es más densa cuanto más glicerina tenga, y se ve que cae más despacio. ¿Cuando tiene un vino más glicerina? Cuando más tiempo ha pasado por barrica.
Como veis tampoco es tan complicado.
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