sábado, 17 de septiembre de 2011

manual de supervivencia

Vale, ya estamos en modo vendimia. Eso significa horas y horas de trabajo con pérdida de la noción del tiempo. Son muchas horas de trabajo a pie de tolva. Entre remolque y remolque hay espacios muertos que al principio se pueden rellenar con esas cositas que tienes hacer (limpiar el lagar, vigilar los depósitos, las temperaturas…) y las que vas haciendo por tenerlas hechas (el pedido que va a salir dentro de dos meses, la declaración de hacienda del año que viene…). Pero llega un momento que ya no hay más, y no es la hora de irte a casa (esa ni se sabe cuando es). Que haces?
Es imprescindible tener una cafetera a mano. Sea la hora que sea, sobre todo si se hace turno de noche. Así mismo una radio para las noches es importante, por que de día hay siempre hay alguna visita (los colegios de primaria, el veedor, curiosos…).
Y sobre todo lo que no puede faltar es comida. Lo bueno de esto es que no hace falta que la traigas tú. Con tener el café y el azúcar llega. La familia se encarga del resto cuando pasa de visita: uno trae empanada, otro tortilla de patata, otro tarta de manzana… También puedes acercarte a la finca de al lado e ir de rebusco por la fruta que quedó en el árbol.
Aún así hay momentos muertos, yo recomiendo intentar aprender algo de mandarín o una cabezadita si es de noche.

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